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jueves, 10 de octubre de 2013

EL VERDADERO SENTIDO DE LA EDUCACION

¿Por qué vamos a la escuela? ¿Por qué aprendemos múltiples materias? ¿Por qué aprobamos exámenes y competimos los unos con los otros por lograr mejores calificaciones? ¿Qué sentido tiene toda esta llamada educación y qué es lo que implica?

¿Es con el fin de aprobar algunos exámenes y obtener un empleo, o la educación tiene como función la de prepararnos para comprender el proceso total de la vida?
Preguntarse por el sentido de la educación es preguntarse por el sentido de la vida. El trabajo es una de las actividades humanas no naturales que el hombre ha creado y que al mismo tiempo lo crea. El trabajo regula tiempo, relaciones sociales, posibilidades de acceso a bienes materiales, pero no sólo somos seres trabajadores.

El sistema escolar esta estructurado de un modo jerárquico, secuencial y meritocrático. Es decir, hay autoridades que se ocupan del funcionamiento del sistema educativo, desde el secretario de educacion, las autoridades de cada escuela  (directores, inspectores, docentes). Los alumnos deben rendir materias que suponen una complejización ascendente, y si son aprobadas les permite pasar de grado, año, ingresar a instituciones superiores (universitarias, t posgrado etc. ). Los mejores promedios acceden al cuadro de honor, son abanderados, escoltas, por lo que un alumno con buenas notas puede ser entendido como un individuo inteligente, respetado, modelo a imitar.


Al preguntarse sobre educación, se debe  hacer hincapié en otros aspectos que trascienden el mero aspecto secuencial y meritocrático sobre el que se constituyó el sistema educativo. "La capacidad de pensar libremente, sin miedo, sin formula alguna, de modo que podamos comenzar a descubrir por nosotros mismos aquello que es real, verdadero; pero si estamos atemorizados jamás seremos inteligentes. Cualquier forma de ambición, espiritual o mundana, engendra ansiedad, temor, por lo tanto la ambición no ayuda a producir una mente clara, sencilla, directa y en consecuencia, inteligente".

La educación actual, meritocrática, competitiva, que no fomenta la cooperación, donde los alumnos son evaluados, pero al mismo tiempo evalúan a sus propios compañeros y a los docentes, de un modo que promueve la desconfianza generalizada (entre compañeros, para con los docentes y entre los docentes mismos). Donde lo importante es el resultado y no el proceso de aprendizaje; donde los vínculos se tornan unidireccionales y unívocos (el docente enseña y el alumno aprende); donde el vínculo afectivo con el estudio pierde sentido a favor de un aprendizaje eficiente, cuyo paradigma rector es el modelo de organización empresarial: línea de montaje, andamiaje deshumanizado que estructurado en y por la sociedad, entre otras cosas disocia ética de eficacia.

Educación instrumental, que no mide las consecuencias posibles de las aplicaciones que los hombres de ciencia pueden llegar a realizar: manipulación genética, tala indiscriminada de bosques, bombas cada vez más sofisticadas, enfermedades y guerras planificadas.

La sociedad ha avanzado en base a la desconfianza, el temor y de este modo ha llegado al punto de su posible autodestrucción. "Políticos, empresarios, policías, ejércitos, un mundo de personas ambiciosas, todos anhelando posición y luchando unas contra otras para conseguirla".

La sociedad actual, ha agudizado la vivencia de la sospecha generalizada, donde lo que se pide en forma permanente es más control, atraviesa todas las relaciones sociales. La educación no queda exenta de esto.

El temor, una de las preocupaciones  como "la instancia de socialización" más poderosa y eficaz a la hora de educar. No se puede aprender si existe el miedo

El miedo es amigo de la desconfianza . Y la desconfianza es amiga del control. Y el control engendra más miedo, y más desconfianza y así el circulo vicioso y perverso, entre otras cosas promueve las guerras y la matanza entre semejantes.

"La vida es realmente bella y sólo podemos apreciar su profundidad cuando nos rebelamos contra toda religión organizada, contra la tradición, contra la presente sociedad corrupta, de modo que, como seres humanos, podamos descubrir por nosotros mismos lo que es verdadero. No imitar, sino descubrir, eso es la educación".

De allí que para educar haga falta crear espacios de libertad. No una libertad negativa, subsumida a la mera noción de derechos, que son necesarios por cierto.

Una libertad, en la que el docente pueda aprender como aprende el alumno, una libertad para descubrir y crear, sin modelos unívocos, de un intercambio creativo y reflexivo de la palabra, descorrido el velo de la jerarquía que cosifica y maquiniza las relaciones humanas.

Un docente que pueda aprender como aprenden sus alumnos, estará preocupado por estimular su aprendizaje y no por transmitirle la manera "correcta" de aprender. Una atmósfera de libertad permitiría esto, pero al mismo tiempo requiere que se involucre toda la comunidad y esto puede ser posible si existe un respeto fraterno entre todos los actores de la vida educativa.

La vida es algo extraordinariamente amplio y profundo. No sólo trabajamos, no sólo tenemos necesidades de acceso a los bienes materiales, no sólo somos en tanto poseedores de dinero, no somos mejores por el sólo hecho de tener una graduación escolar determinada.

La creencia dogmática en el resultado y no en el proceso de aprendizaje, que incluye descubrir, crear, creer, equivocarse, implica cuestionar las estructuras que ordenan todo el funcionamiento social, entre ellas las del sistema educativo.
Somos seres sociales, necesitamos de los otros en una relación de interdependencia mutua. El temor y la desconfianza no posibilitan la creación de espacios de libertad, tanto personal como social.

¿Cuál es el propósito de la educación? el propósito de la educación es el de erradicar, tanto interna como externamente, ese miedo que destruye el pensamiento humano y la relación humana ".

1 comentario:

eoropeza dijo...

Gracias por compartir.